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sábado, 13 de enero de 2018

La Religión como Instrumento de Paz: De la Tregua de Dios a la Tregua de Navidad

Aunque la religión, a lo largo de la historia ha sido motivo más que suficiente para declarar guerras, persecuciones, matanzas y genocidios. Entre todos esos momentos de oscuridad, como las cruzadas, guerras de religión en Europa y persecuciones entre cristianos de distintas confesiones, ha habido etapas de lucidez o simplemente en los que la religión se usó para otros menesteres que no fueran la guerra. Aunque esos momentos casi que son una gota de agua en todo un océano de tragedias, también merecen ser mencionados. 

En Francia, durante la dinastía Capeta a lo largo del siglo XI, mediante las Reformas de Cluny, se fueron conformando unas leyes que darían forma a lo que se conoce como la Tregua de Dios.  Esta tregua, prohibía los actos de guerra entre los miércoles por la tarde y el lunes por la mañana para recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.  Aunque casi parece un sinsentido que algo así pudiera llevarse a cabo, y más aún, que los señores feudales se doblegaran a estos designios motivados tanto por la iglesia como por el rey de Francia, Enrique I (1031-1060) de la dinastía Capeto. No deja de ser un movimiento político que permitía al monarca francés dar un primer paso para prohibir las guerras privadas entre sus vasallos feudales. Poco a poco, tras el año 1041, fue añadiendo otras festividades a la Tregua como el Adviento, Septuagésima y Cuaresma. Consiguiendo así, una paz interna que permitiera fortalecer Francia en lugar de debilitarla. 

Enrique I de Francia
Pero aunque esta paz puede decirse que fuera más por intereses políticos, antes que por verdadera bondad. La siguiente situación se daría unos 870 años más tarde, en una Europa asolada por las trincheras, tierra ennegrecida y campos y bosques en llamas por los incesantes bombardeos.

Efectivamente, hablamos del primer año de la Gran Guerra en 1914. En este año, el 24 de diciembre, los soldados que hacía apenas unas horas se estaban bombardeando y disparando, mostraron su lado más humano a su enemigo. Esa noche, nadie quería estar donde estaba, el recuerdo de sus familias y de las festividades que estaban a punto de llegar, logró que entre el humo de las bombas y los cañones de las ametralladoras brillara un mundo ajeno al conflicto. En la noche del 24 de diciembre, los soldados alemanes comenzaron a cantar villancicos y a adornar sus trincheras con el aspecto más navideño posible, tal vez, para olvidar por una noche que estaban en el frente. Pero a estos cánticos le respondieron los soldados ingleses y franceses, donde se cuenta, que cada bando enlazaba el villancico del otro en su propio idioma. Todo esto, obviamente, fue producto de los soldados, sin permiso de sus oficiales. 

Soldados alemanes e ingleses jugando un partido

Al poco tiempo, salieron de las trincheras y comenzaron a compartir regalos, historias, fotos, cigarrillos y whisky.  Incluso hubo un breve periodo de la noche en la que recogieron los cuerpos de compañeros caídos y ambos contendientes presentaron sus respetos. No hay que olvidar que la mayoría de estos soldados no eran profesionales, muchos de ellos habían sido reclutados en sus países de forma obligatoria y antes de la guerra se ganaban la vida como herreros, vendedores, camareros, funcionarios, etc.  En general, todos estos soldados eran simples personas que en medio del conflicto, pudieron ver lo mejor de la humanidad incluso después de haberse topado de frente con su faceta más oscura. Esta tregua, tendría distintas duraciones a lo largo de todo el Frente Occidental. En algunas zonas los oficiales se aseguraron de que solo durase esa misma noche, pero en otras los mismos soldados fueron los que se encargaron de que se extendiese hasta año nuevo o en algunos casos incluso hasta febrero. 
Representación de la Tregua en el frente. 

No obstante, parece que el lado humano en los oficiales y superiores de ambos bandos distaba mucho del que presentaban sus subordinados. Los dirigentes se encargaron de reubicar a sus soldados a lo largo de todo el frente para que no sintieran empatía a la hora de reanudar los ataques. Es más, en los siguientes años en los que se desarrolló la guerra,  se ordenó lanzar importantes bombardeos a las trincheras enemigas en la víspera de Navidad, para hacer olvidar a los soldados todo rastro de bondad que pudiera traer consigo esta festividad y evitar una tregua no deseada.

Así, para las navidades de 1915-1916 y 1917, los soldados habían olvidado que a quien estaban disparando era un herrero, un vendedor, un camarero o un funcionario como él. Desde ese momento, era simplemente el enemigo a quien había que destruir. 

Tristemente, no volverían a darse escenas como esta Tregua de Navidad a lo largo del conflicto, en la que aún pudiera pensarse que la esperanza y el amor poblaba el alma de los hombres. Lo único que queda de ese día son las imágenes y las muestras de respeto mutuo dado por los soldados de ambos bandos como la recogida en uno de los entierros que se produjeron en conjunto esa noche, donde se leyó un fragmento del Salmo 23 que decía así:

El Señor es mi pastor, nada me falta.
Sobre pastos verdes me hace reposar,
por aguas tranquilas me conduce.
El Señor me da nueva fuerza,
me consuela, me hace perseverar.
Me lleva por el buen camino,
por el amor de su nombre.
Aunque camine por un valle oscuro
no temeré mal alguno porque Él está conmigo.


A continuación, os dejo un vídeo de un anuncio de Navidad que representa muy bien lo acontecido en esta noche del 24 de diciembre de 1914.


Dónde puedes encontrar estas imágenes:

Imagen de Enrique I:  https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_I_de_Francia#/media/File:Henri_I.jpg

Imagen del partido:  https://www.infobae.com/new-resizer/blm12GDsDiNq1DO333fXs43yX5M=/600x0/filters:quality(100)/arc-anglerfish-arc2-prod-infobae.s3.amazonaws.com/public/NGOB6CM5SFDBFCAR6SNOWCCCZI

Imagen representativa: https://i1.wp.com/hipertextual.com/files/2015/12/Tregua-de-Navidad.jpg?resize=670%2C413&ssl=1

Referencias:


  • Veas Arteseros, F.: Volumen II, Prehistoria e Historia hasta el siglo XVIII. Sevilla, 2012.
  • http://www.spiegel.de/wissenschaft/mensch/weihnachten-im-ersten-weltkrieg-brief-beschreibt-waffenruhe-a-1010214.html
  • http://www.nationalgeographic.com.es/historia/la-tregua-de-navidad_8801/1

jueves, 4 de enero de 2018

La Increíble Vida de la Reina Cleopatra VII

Como ya sabréis, Cleopatra fue la última gran faraona de Egipto. Terminando su reinado y muerte con la dominación completa por Roma a manos del emperador Octavio. Aunque Egipto siempre había sido constituido como un reino, no era la primera vez que se veía intervenido o influenciado por otras potencias. Sin ir más lejos, Cleopatra venía de una dinastía griega, conocida como la dinastía de los Ptolomeos. Pero ya antes de estos, y antes del breve reinado de Alejandro Magno,  Egipto había sido dominada por una dinastía persa.

El Alto y Bajo Egipto era sin más ni menos una de las potencias más milenarias del mundo antiguo. Tan antigua, que la misma Cleopatra se encuentra cronológicamente más cercana a la llegada del hombre a la Luna que a la construcción de la primera pirámide egipcia. Pero como siempre ocurre en la historia de la realeza, la vida de sus monarcas suele ser muy interesante, estando llena de intrigas, traiciones, guerras y asesinatos. Cleopatra VII no fue menos en estos temas. 

Desde su ascenso al trono en el 51 a.C. hasta su muerte en agosto del 30 a.C. La última faraona de Egipto pasó por las guerras civiles contra sus hermanos, la seducción de Julio, César, la muerte de su hermano y esposo Ptolomeo XIII para reocupar el trono, el envenenamiento de su siguiente hermano y la ejecución de su hermana Arsíone IV, para acabar junto a Marco Antonio y todo lo que trajo su matrimonio consigo. 


Para ello, y para explicaros estos momentos, os traigo en este vídeo los momentos más importantes de la vida de Cleopatra, la última gran faraona.